Mi crónica, como espectador, del II Maratón BTT en Torrejón el Rubio


El pasado domingo fui a ver la carrera de Mountain Bike que tuvo lugar en la localidad de Torrejón el Rubio, en pleno Parque Nacional de Monfragüe, y que se encuadraba dentro del campeonato de Extremadura de la modalidad.

Me llevé la cámara e intenté hacer cuantas más y mejores fotografías posibles, aunque dicha tarea estuvo más que complicada debido a la incesante lluvia que nos cayó en la mayor parte de la duración de la prueba.

El lunes pasado redacté una crónica de «lo que viví» que ha sido publicada en la web de la Escuela de Ciclismo Francisco Pizarro, en cuyo equipo Máster, corro actualmente. Esta es:

Pedaleando bajo la lluvia.

Desde primera hora de la mañana de ayer, justo antes de salir, rumbo a Torrejón el Rubio, sabía que no iba a ser una mañana normal, no iba a ser tampoco una carrera normal. Se veían a los lejos, desde Montánchez, uno de los techos de Extremadura, destellos, en la noche, que presagiaban lo que luego se haría realidad. Destellos, o relámpagos que anunciaban una tormenta. Tormenta de sensaciones, de esfuerzos, de sacrificios, de gloria.

Al llegar a Torrejón, acompañando por Tomás, corredor del Bicicletas Pelín – Avanzamos, se veían ya las caras de las ganas que tenían los ciclistas por comenzar la carrera que, hay que decir, gracias al desborde en las predicciones de participación, se atrasó casi una hora en su comienzo, para que todos los que asistieron, pudieran participar.

Vimos la salida de las dos pruebas, la competitiva y la cicloturista y en ese momento, junto a los familiares del también ciclista del Pelín-Avanzamos, Ángel Denche, que me llevaron, nos desplazamos hasta el Puente del Cardenal, donde llegamos justo en el instante en el que pasaba el primer clasificado, Daniel Muñoz, primero desde un sendero, junto al Tajo y luego, cruzándolo sorteando las piedras tiradas en medio del puento, seguido por Julio Godoy (Pelín – Avanzamos) y Jose Arroyo (GR100 – Trujillo 2020).

La vista desde la carretera general del parque de Monfragüe eran espectaculares, además del paisaje, con las montañas, el río Tajo…, los corredores, llegando uno a uno, como hormiguitas multicolores «sobre ruedas» iban haciendo equilibrios entre las piedras, para luego salir y volver a imprimir velocidad en el camino de salida del puente.

Fue en ese momento cuando para nosotros empezó la lluvia. A los corredores ya los veíamos con bastante agua encima, pero para nosotros empezamos entonces nuestra particular «batalla» con la lluvia.

Si tuviera que describir la carrera de ayer, en Monfragüe, con una sola palabra, tendría muchas: belleza, espectáculo, sacrificio, sufrimiento, esfuerzo, pero hay una que destacaría sobre todas, la palabra AGUA.

El siguiente punto donde fuimos a ver la carrera fue en Villarreal de San Carlos, dejando atrás el imponente «Salto del Gitano», donde, mientras esperábamos la llegada de los corredores, ya con bastantes kilómetros en las piernas, empezó a diluviar, literalmente, como hacía meses que no lo hacía, haciendo que, para nosotros, también fuera esa mañana, una mañana de épica ciclista, de otra manera, pero también se podía ver en nuestras caras el esfuerzo de estar al encuentro de los corredores.

Mientras iban pasando, palabras de ánimo, colaboración con la organización para evitar despistes de los corredores en el recorrido, más fotos, y también colaboración con alguna avería sufrida por algún corredor y, finalmente, tras el paso de nuestros amigos, familiares, compañeros… vuelta a la zona de salida y meta, para ver el final.

Allí pudimos ver los verdaderos rostros del esfuerzo y sacrificio y la alegría. Corredores que han tenido que desplazarse, desde bien temprano, hasta Monfragüe – Torrejón el Rubio para correr, que no van a percibir ni un solo euro por ello, que muchos tendrán que pagar de sus bolsillos las numerosas averías que se vieron, tenían, en su mayoría caras de satisfacción por haber participado en semejante espectáculo, donde se mezclaron el barro, el imponente paisaje del Parque Nacional, las bajadas sinuosas por la lluvia, las fuertes pendientes de subida… Un ejemplo del verdadero deporte.

De ese espectáculo me llené yo mismo, con mi cámara, empapada, mis carreras para ayudar a los averiados, mis gritos de ánimo para todos, independientemente del equipo que fuera y mi aporte, por pequeño que sea, para que esta carrera siga año tras año celebrándose.

El espectáculo debe continuar.

Puedes ver todas las fotos que hice en mi cuenta de flickr, en este enlace, y si tienes Dropbox, en este otro enlace.

4 thoughts on “Mi crónica, como espectador, del II Maratón BTT en Torrejón el Rubio

  1. Hola,Enrique,haces unas fotos muy buenas.

  2. Huy, es verdad! Habrá sido un lapsus…

  3. Yo creo que es la tablet esta, que escribe las cosas como le parece, me corrige la muy maleducada

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