Tengo la costumbre de que, cuando me gusta mucho una canción de algún grupo que no conozco, me bajo el disco entero, en lugar de sólo esa canción, para ver si el resto de las canciones son tan buenas como esa que me gusta.
En el caso de lo último de este grupo, nuevo este año, para mí, ha sido así. Me han gustado varias canciones del mismo, llamado 1999. Y no sólo eso, sino que, la que es la canción referencia para mí, todo un himno del indie, diría yo, sin ser un atrevimiento excesivo, El Club de Fans de John Boy, tercera en el orden de canciones, tiene delante, como, segunda, este temazo, llamado «Allí donde solíamos gritar».
El vídeo:
La letra:
¿A que no sabes donde he vuelto hoy?
Donde solíamos gritar
diez años antes de este ahora sin edad,
aún vive el monstruo y aún no hay paz.
Y en los bancos que escribimos
medio a oscuras, sin pensar,
todos los versos de «Heroes»
con las faltas de un chaval, aún están.
Y aún hoy,
se escapa a mi control,
problema y solución,
y es que el grito siempre acecha,
es la respuesta.
Y aún hoy,
sólo el grito y la ficción
consiguen apagar
las luces de mi negra alerta.
Tengo un cuchillo y es de plástico
donde solía haber metal,
y el libro extraño que te echó de párvulos,
sus hojas tuve que incendiar.
Y en los hierros que separan
la caída más brutal
siguen las dos iniciales
que escribimos con compás,
ahí están.
Vertical y transversal,
soy grito y soy cristal,
justo el punto medio,
el que tanto odiabas
cuando tú me repetías que
té hundirá y me hundirá,
y solamente el grito nos servirá,
decías «es fácil» y solías empezar.
Y es que el grito siempre vuelve
y con nosotros morirá,
frío y breve como un verso,
escrito en lengua animal.
¡Y siempre está!
Te hundirá y me hundirá
y solamente el grito nos servirá
y ahora no es fácil,
tú solías empezar.
Vertical y transversal,
soy grito y soy crital,
justo el punto medio,
el que tanto odiabas
cuando tú me provocabas aullar.
Y ya está, ya hay paz,
oh, ya hay paz.
Y ya está, ya hay paz,
oh, ya hay paz.
¿Porque gritaba?
Lo sé y tú no,
no preguntabas,
tú nunca, no.