Aún no sé qué partido será el que vote el próximo domingo. Tengo claro el que no votaré, pero no el que sí. Lo sí me escandaliza es que los partidos mayoritarios me envíen a casa un sobre con las papeletas, que me podré encontrar en el colegio electoral.
He estado buscando por internet el coste que supone todo este desembolso de sobres, papel, imprenta y procesado de la base de datos del censo electoral (No estoy de acuerdo con que se tenga acceso a esa información, por cierto). No he encontrado nada, sólo alguna noticia que dice que los partidos no facilitarán esa información o que los partidos catalanes gastaran 7 millones de euros (!!) en estas elecciones.
Recuerdo que hace unos días, mi prima Noelia me invitó a un evento en Facebook que consistía en devolver a correos esas cartas. En esto consiste:
La forma es muy sencilla, una vez recibamos la carta en nuestro buzón, simplemente tenéis que poner encima de la dirección de la carta, o sea, la del destinatario, que seriáis vosotros, la palabra DEVUELTO, y por detrás del sobre, la palabra: RECHAZADA. Si hacéis esto la carta será devuelta directamente.
Así que me he puesto manos a la obra y, en cuanto he recibido las cartas:
He puesto los mensajitos, y de vuelta a cada partido:
No creo que con mi gesto haga gran cosa, la verdad, pero si sólo soy uno más de muchos, podemos hacer ver la inutilidad de este gesto tan arcaico y despilfarrador.
Grande!! Yo tambien he pensado en lo que podría costar… No las he devuelto, pero si reciclado en la maquina de la oficina.
No tiene sentido devolver las cartas porque no vuelven al remitente, sino que: «5.5 A los envíos no entregados por cualquier causa a los destinatarios tras finalizar la campaña electoral se les aplicará la normativa vigente para la correspondencia caducada.»
La solución es que cada partido se pague su publicidad y que no tengan subvención ninguna.