Ayer por la tarde compartí, vía Facebook, la historia de una chica que, en un comedor de una universidad se puso a comer compartiendo la comida con un chico negro. La historia, con moraleja final, tiene su «aquel» y, como puse, puede hacernos pensar sobre cómo interpretamos los acontecimientos que pasan a nuestro alrededor y como, después de pensar posibles consecuencias, podemos seguir errando en eso, la interpretación.
El tema de escribir un post sobre este asunto, es que no me fijé en la fecha en la que fue escrito el artículo en El País, y sólo en los comentarios de otras personas que lo re-compartían, podía ver que no era un texto reciente, sino antiguo.
Pero no pensé que lo fuera tanto, tanto como casi 7 años (mayo de 2005) y esto se explica por la irrupción de las redes sociales y la poca relevancia que tuvo en su día, como explican en otro post del blog «Trending Topic» de también, El País, llamado «El Efecto Lázaro» donde hablan de este artículo y otros muchos, muy curiosos, por cierto.